En la mayoría de los casos de lumbalgia, que se define como "el dolor producido entre la última costilla y la zona glútea que puede irradiarse a las extremidades inferiores".
Existen reportes que indican que la prevalencia de la lumbalgia gira alrededor del 70 % y que es un dolor que se autolimitará en un plazo de tiempo determinado. A pesar de ello, ante un paciente con lumbalgia, es conveniente conocer adecuadamente la historia del dolor y realizar una minuciosa exploración física para descartar otras patologías graves.
Los factores de riesgo para el desarrollo de dolor lumbar crónico o persistente discapacitante son: angustia psicológica preexistente, problemas de compensación, dolor crónico e incapacidad laboral.
En la actualidad, el tratamiento de la lumbalgia incluye fármacos, infiltraciones, bloqueos y, en casos particulares, intervencionismos. Estos intervencionismos incluyen, por ejemplo, la ablación (destrucción nerviosa) por radiofrecuencia, la discectomía percutánea endoscópica por láser y la crioablación.