La columna vertebral se compone de vértebras, y entre ellas existen los discos intervertebrales. Los discos intervertebrales son una especie de “almohadillas” compuestas de fibrocartílago que brindan soporte, flexibilidad y ayudan a distribuir mejor la carga de nuestro cuerpo. Se componen principalmente de dos capas: un núcleo pulposo blando en el interior del disco y una estructura firme alrededor conocida como anillo fibroso.
Una interrupción de la arquitectura normal de estos discos redondos puede causar una hernia de disco o una protuberancia del núcleo pulposo interno, que pueden ejercer presión sobre la médula espinal, la raíz nerviosa o el cuerpo vertebral adyacente, lo que puede provocar dolor irradiado y posible debilidad.
Alrededor del 90 % de las hernias de disco se producen en la región lumbar (parte de la espalda comprendida entre la cintura y las nalgas), entre los espacios discales L4-L5 o L5-S1, irritando las raíces nerviosas L4, L5 o S1. Esta compresión produce radiculopatía (pérdida o disminución de la función sensitiva o motora de una raíz nerviosa) en la parte posterior de la pierna y el pie dorsal (parte superior del pie).
Es importante mencionar que la hernia discal no siempre causa dolor. La resonancia magnética a menudo muestra hernias discales en personas asintomáticas (que no tienen síntomas) y la prevalencia de hernias discales aumenta con la edad.
Cuando se experimenta dolor que no desaparece por sí mismo o no responde a medidas farmacológicas antiinflamatorias, puede ser necesario recurrir a las inyecciones, que a menudo se realizan con apoyo ecográfico (imagen médica que permite obtener imágenes en tiempo real de las estructuras internas de los pacientes). Estas inyecciones pueden ayudar a diagnosticar las causas del dolor y a permitir el tratamiento adecuado.
El tratamiento intervencionista del dolor puede estar indicado cuando el paciente no ha respondido a medidas terapéuticas sencillas o cuando existen dudas diagnósticas. En estos casos, se recomienda iniciar con los procedimientos más sencillos, menos invasivos o con menos riesgos (bloqueos, infiltraciones), que pueden modificar la experiencia del dolor.